Miércoles 14 de Marzo de 2018
Un
grave problema
El problema no es la condena del
Estado Español. La sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que hoy
recoge toda la prensa española, ha declarado que quemar la foto de los Reyes de
España no es un delito de incitación al odio, en este caso, ideológico, de los regulados
en el Código Penal Español, sino una manifestación del derecho a la libertad de
expresión.
Lo más preocupante de la sentencia,
como antes de otras del mismo Tribunal, no es que implica una clarísima extralimitación
de las competencias del Tribunal, invadiendo la de los Tribunales españoles; ni
siquiera lo es la particular idea que sustenta de lo que sea la libertad de expresión,
sino la absoluta falta de sintonía que el Tribunal tiene, en este caso, con la
sociedad española y lo que ésta entiende y se ha dado como Derecho.
La falta de sintonía, que
denunciamos, se debe, como desgraciadamente hemos dicho en otras ocasiones, a que
el Tribunal Europeo, cada vez más, es un tribunal que no es el natural, condición que es esencial para
que la Justicia sea realmente lo que se espera de ella, porque un tribunal
nunca es natural si sustituye al que
lo es.
Grave problema y difícil de
arreglar: quizá buscando la auténtica formación jurídica en los jueces que compone el
Tribunal, y evitando, en algunos casos, el sectarismo político e ideológico de sus componentes.
Valentín
Cortés
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