Miércoles 17 de Enero de 2024
Autoamnistía
La prensa recoge el debate en el que
ayer intervino el ex Presidente Gonzalez. En ese foro público habló, criticándola
sin paliativos, de lo que llamó la autoamnistía.
La calificación que se hace de la
futura ley de amnistía no añade nada nuevo a lo que venimos diciendo en este
blog, pero sí ha tenido el inmenso mérito de exponer ante la sociedad, con
palabras que se entienden, la inmoralidad y arbitrariedad que, para mí,
encierra la amnistía que se va a conceder al Sr. Puigdemont y compañía y que
deseo que en un futuro el Tribunal Constitucional sea receptivo a ello, aunque
mis dudas en este tema se acrecientan día a día.
Si hablo de inmoralidad de la ley
de amnistía, o de lo que el Sr. González llama autoamnistía, es porque la moralidad
pública no es ajena al Derecho; muchos conceptos jurídicos indeterminados
que están en el acervo cultural de la sociedad española tienen su base y sustento
en la moral pública; por ejemplo, nuestro Derecho( véase Título Preliminar del Código
Civil) invalida claramente los actos jurídicos en contra de la moral, del orden
público e interés público; los que
se hagan para perjudicar a terceros, los que comporten mala fe o
supongan un abuso del Derecho: todos esos conceptos indeterminados caben
en la tramitación de una ley en donde el amnistiado chantajea al que podría, si
fuese legal, amnistiar, para que se produzca un perdón que en sí mismo es inmoral,
que es contrario al interés público, y que supone un abuso del Poder impuesto
por el chantaje y la conveniencia política.
Las negociaciones de estos días
para enmendar la ley de amnistía que se exponen sin tapujos al público demuestran
eso: la inmoralidad y la arbitrariedad absoluta con que se
pretende ejercer el Poder en contra de lo dispuesto en la Constitución (art. 9)
Valentín Cortés.