Viernes 5 de Noviembre de 2021
Una reforma laboral negociada y acordada
El Vicepresidente de la Comisión Europea
(vid. www.elmundo.es) ha hecho una
declaración, tan obvia y jurídica, como que la garantía de éxito de la reforma
laboral está en el acuerdo de todos los actores económicos, lo que es
tanto como decir que la reforma laboral que se lleve a cabo en España debe
contar con el acuerdo de los empresarios.
Si con la anunciada reforma laboral se pretende
alumbrar una nueva regulación legal, total o parcial, para el marco jurídico de
las relaciones laborales, es obvio que, para que esa nueva regulación sea
eficaz y duradera en el tiempo, debe ser producto de un pacto entre los que
contratan y los que prestan su trabajo a cambio de un sueldo, por la sencilla
razón de que, si esa relación es más gravosa de lo necesario para cualquiera de
las partes contratantes, se retraerá el mercado laboral más temprano que tarde.
Pero, esa declaración del Vicepresidente no es
tan obvia si se tienen en cuenta dos cuestiones extrajurídicas: La primera,(
normalmente olvidada por el Gobierno, véase como ejemplo, la reforma en los
arrendamientos de viviendas) que cualquier reforma legal, también la del
mercado laboral, produce efectos directos e inmediatos en la situación económica
del país y que, en ese sentido, la Comisión Europea no aprueba reformas jurídicas
laborales que choquen con el modelo económico impuesto en la Unión y, por eso,
condiciona la recepción de fondos europeos a la aprobación de un determinado
modelo de mercado laboral. La segunda, que la concurrencia en el
Gobierno de un partido de extrema izquierda, con ideas sociales y económicas que
chocan con las de la Unión, hace que la obviedad de la declaración se convierta
en necesidad, precisamente para encauzar el sentido de la reforma, si es que se
quieren recibir los fondos europeos, aprobación de los presupuestos incluido.
Porque, en definitiva, no se legisla en el vacío, sino en el contexto social y económico
existente en cada momento.
Valentín Cortés