Miércoles 15 de Septiembre de 2021
La llamada “mesa de diálogo”
“Mesa de dialogo” es una expresión
mágica, como lo son aquellas palabras que se utilizan con la intención de
causar un impacto por sí solas, incluso si están huecas de contenido y significado,
como es el caso.
Pero, a lo que nosotros interesa,
que es el Derecho, la “mesa de diálogo”, que se han inventado los políticos catalanes
y el Gobierno, es el inmenso escenario de una posible gran explosión de inconstitucionalidad,
como esos enjambres sísmicos que acaban normalmente con un gran terremoto
devastador. Porque, si el Gobierno dialoga -o negocia, que es lo mismo, pero
menos mágico- un referéndum o una
consulta, directa o indirecta, sobre lo que quieren los independentistas, se
incurre en inconstitucionalidad; si se dialoga( o negocia) sobre una especie de
estado federal, o de “nación de naciones”,
o de trasmisión de poderes exclusivamente estatales a la autonomía catalana,
igualmente se incurre en inconstitucionalidad; si se dialoga o negocia sobre
un nuevo estatuto para bordear la
reforma constitucional, estaremos en lo mismo.
El Gobierno y el independentismo se
deberían dejar de expresiones mágicas y de caminar por la senda del fraude constitucional,
e ir al meollo de la cuestión: si se quiere la independencia o algo similar,
expresado con cualquier palabra mágica, hay que abordar el procedimiento
constitucional de modificación de la Constitución (arts. 166-169 de la Constitución):
ni hay más camino ni mas dialogo, al menos, en Derecho. Pero, para eso hay que
tener la mayoría parlamentaria y social que claramente no tienen. Todo lo demás
es jugar a las palabras mágicas y al fraude constitucional.
Valentín Cortés