Valentín Cortés Domínguez

Valentín Cortés Dominguez es Catedrático de Derecho Procesal. Ha sido abogado con 47 años de experiencia, conferenciante y autor de múltiples publicaciones jurídicas y de manuales de derecho procesal que son libros de texto en distintas universidades españolas y de América latina.

lunes, 1 de julio de 2019


Martes 2 de Julio de 2019

 El problema es la huida

Hasta ahora los huidos Sres. Puigdemont y Comín se mueven en sus batallas judiciales( Junta Electoral Central, Sala Tercera del Tribunal Supremo, Tribunal Europeo) es un terreno, digamos, fácil donde no se discute el verdadero problema de fondo que está latente; en efecto, normalmente se mueven en la petición de medidas cautelares o “cautelarísimas” ( la últimas, ayer ante el Tribunal Europeo que ratificó, cautelarmente , la decisión del Presidente del Parlamento Europeo de no darles posesión como eurodiputados) tendentes a conseguir ventajas políticas y procesales, pero obviando lo que siempre se silencia: venir a España.

Cuando, fuera del tema penal, quiera discutir el problema de fondo, si es que algún día se discute, el Sr. Puigdemont y compañía deberán explicar jurídicamente ( la política ya no les servirá) el por qué de no venir a España a cumplir la Ley; y, en ese momento, a cualquier Tribunal le será muy difícil amparar a un rebelde (procesalmente hablando) que esquiva y evita la acción de la Justicia mediante la huida y desobediencia a los Tribunales de un Estado democrático y miembro de la Unión Europea, conformador del Tribunal Europeo al que tantas veces ha acudido ya cautelarmente el Sr. Puigdemont

Ese es su grave problema que pretende no solucionar. ¡Difícil lo veo!

Valentín Cortés

1 de Julio de 2019

La probidad constitucional

No hay ninguna norma escrita en la Constitución que obligue a sus actores a ser probos constitucionalmente en su manejo y aplicación. Pero lo mismo que es fácil comprender que sin lealtad constitucional es difícil que el Estado pueda funcionar bien, sin esa probidad que reclamamos es igualmente difícil que la maquinaria estatal funcione tal como se la imaginaron los constituyentes.

Todo esto viene a cuento de que hace ya mas de dos meses que los españoles fuimos a las urnas para elegir Parlamento; y que hace bastantes semanas que el Rey propuso al Sr. Sánchez como candidato a la investidura de Presidente de Gobierno. La probidad se echa en falta en la Presidente de las Cortes y en el Presidente interino de Gobierno que alargan, al unísono, los plazos sólo contando con el interés del segundo que la primera secunda con fidelidad.

Por eso, de estas crisis debería salir una regeneración constitucional que, para el futuro nos diera una ley electoral, o incluso una Constitución, que nos permitiera tener presidente de Gobierno, una vez celebradas las elecciones, en el plazo menor posible, fuera en todo caso de manejos partidistas. Al menos seriamos probos, ¡aunque fuera a la fuerza!

Valentín Cortés