Viernes 8 de Noviembre de 2024
Siempre la irrefrenable
tendencia al fraude jurídico y constitucional
La misma técnica de lo que
conocemos como Real Decreto Ley Omnibus ha seguido el Gobierno con la aprobación
del RDL de ayudas por la riada que aprobó el martes pasado. Se trata de hacer un decreto
que, al menos, en uno de sus múltiples asuntos convenga a todos que se apruebe y no convenga a nadie que se
desautorice por la razón que sea, incluso poniendo en el brete político a los partidos que lo hagan;
es la técnica del o todo o nada frente a lo que se nos dice que no
existe otra posibilidad. Realmente existe: cumplir la ley y la Constitución y,
como diría un clásico “no mezclar churras con merinas”.
En el caso del RDL 6/2024 se añade
a ese fraude dos olvidos imperdonables: a) hacer depender ciertas ayudas a la aprobación
de los Presupuestos (que ni están proyectados, ni están negociados, ni menos
discutidos o aprobados) supondría entender que las ayudas ni son necesarias ni
urgentes como para haber puesto en marcha un RDL; b) obviar que este Gobierno y
anteriores han aprobado partidas extraordinarias fuera de los presupuestos o
incluso con presupuestos prorrogados y que, en caso de urgente y
extraordinaria necesidad es, además, de obligado cumplimiento hacerlo a no
ser que se declinen responsabilidades constitucionales de Gobierno: servir y
dirigir con objetividad los intereses generales (art. 103 Constitución).
De modo que es perfectamente normal
que partidos que apoyan al Gobierno como Podemos y hoy (vid. la prensa) Junts
hablen, como ya lo hicieron el PP y Vox, de fraude y chantaje. Al Gobierno,
pues, le corresponde la tarea y el empeño de abandonar, de una vez, esa
tendencia al fraude que manifiesta de manera tan espontánea continuamente, para así, de
forma urgente y extraordinaria, servir los intereses de una parte
importante de la sociedad española.
Valentin Cortés