Martes 3 de Abril de 2018
La
cruda realidad
De todas las posibilidades que tenía
el Sr. Puigdemont, hoy le ha tocado la peor: la fiscalía alemana pide que se conceda
la extradición no sólo por rebelión sino también por malversación de caudales públicos
y, por si fuera poco, mantiene la petición de la medida cautelar de prisión
incondicional.
La Fiscalía alemana, pues, mantiene
que el Sr. Puigdemont es un delincuente común que ha intentado dar un golpe de
Estado, independizando una región de forma inconstitucional y con violencia
mediante el instrumento ilegal del referéndum.
Ayer mismo, la alcaldesa de Barcelona
mantenía en Madrid que la judicialización del “proceso” ha sido un fracaso, no
arregla nada, es perjudicial y debería terminar (vid. www.europapress.es). Amén de defender de manera tan cínica que no
se persiga penalmente a los delincuentes del “proceso”, dejando impunes los
actos de rebelión, violencia, malversación de fondos o desobediencia, choca
directamente con la realidad judicial española (es decir, con el Estado
español) y, parece ser, con la realidad judicial alemana, que es tanto como
decir europea.
Si el Tribunal alemán confirma la
tesis del Fiscal alemán, necesariamente los independentistas deberán cambiar el
discurso político y, además, centrarse, directa e indirectamente, en el discurso jurídico.
Valentín Cortés