Lunes 8 de Febrero de 2016
La excusa de la libertad de
expresión. Ahora, los titiriteros.
La libertad de expresión, como
cualquier derecho constitucional, y máxime si está regulado en el capítulo segundo,
sección primera del Título Primero (“de los derechos fundamentales y libertades
públicas”) (el citado está regulado en el art. 20) no tiene más límite que los
derechos constitucionales y libertades públicas de los demás.
Es evidente que, a lo largo de nuestra
experiencia constitucional, los tribunales judiciales y el Tribunal
Constitucional no han sido lo suficientemente claros y unívocos en la aplicación
de este principio de limitación. Y por eso, cada vez que alguien se ve sometido
a la investigación y actuación judiciales por las expresiones y opiniones
proferidas, y referentes a terceras personas, siempre se saca la excusa del
derecho a la libertad de expresión. Se necesita, pues, precisión y unificación de
doctrina.
Pero, me temo que hay amplios
sectores en nuestra sociedad política que entienden que existen determinados
valores y derechos, amparados por la Constitución, que no deben ser respetados,
y eso es ya mucho más grave, pues demuestra una fractura, no ya jurídica, sino
social.
Valentín Cortés