Viernes 25 de Noviembre de 2016
Obviedad,
al menos, jurídica.
No hay día que Ciudadanos no advierta al Partido
Popular que, si incumple un punto del pacto que en su momento se firmó, éste
quedaría roto y sin efecto.
En Derecho, que es donde está
situada la atalaya de este blog, esas advertencias son una obviedad, hasta el punto que nuestro Código Civil (art. 1.124),
cuando se refiere a las obligaciones reciprocas, dice que en ellas está implícita la facultad de resolverlas
cuando la contraparte incumple lo que le incumbe. Es algo tan elemental que no
creo equivocarme si digo que ese axioma jurídico está ínsito en el acervo
cultural de la sociedad española.
Eso no significa que no se pueda -que
Ciudadanos no pueda o deba- advertid a la contraparte de resolución. ¡Por supuesto
que sí! Pero, en el mundo jurídico, quien está advirtiendo a diario de ruptura denota
dos cosas: que no se fía en nada del contrario y que le importa poco romper, al
mismo tiempo que opina que el otro cree exactamente lo mismo. Es decir, que ya
se sabe que el contrato durará poco, porque no convence a ninguno de los dos, o porque los
efectos realmente queridos ya se han producido cuando se expresan las advertencias.
No sé si esto, que he experimentado
en mi vida profesional en muchas ocasiones, es trasladable a la política; si es
así, yo le auguro poca duración al pacto PP-Ciudadanos.
Valentín Cortés