Lunes 23 de Septiembre de
2019
Thomas Cook
Cuando el sábado pasado esperaba mi
avión en un aeropuerto europeo, y veía despegar hasta cuatro aviones de Thomas
Cook en el espacio de treinta minutos, no sabía que al día siguiente se iba a
anunciar la quiebra del citado tour-operador. Hoy me entero por www.eleconomista.es que, en el primer
semestre de su ejercicio social (31 de Marzo de 2019), dio unas pérdidas de 1.487
millones de libras esterlinas, dando lugar
a que la auditora manifestara la clara inviabilidad de la empresa, que no ha
tardado ni seis meses en manifestarse, dando lugar a la cancelación de todas
las operaciones, consiguiendo una conmoción económica en Europa pareja a la jurídica
que conlleva una quiebra que se extiende por muy diversos países. Los afectados:
los turistas, la industria turística y sus industrias y servicios asociados, las entidades financieras y de
seguros, y un largo etc.
Ni nuestra legislación, ni la
europea, contienen normas de clara prevención de estos desastres jurídico-económicos.
Y eso es de tal gravedad que no se comprende como no se ha emprendido hace tiempo
(tanto como el de la existencia de quiebras de gran magnitud y extensión geográfica)
una seria labor legislativa preventiva que, modestamente, llevamos años
pidiendo y denunciando su falta.
Valentín Cortés