Lunes 3 de Julio de 2023
Una promesa electoral
pensando que los españoles somos estúpidos
La campaña emprendida por el ala comunista
del Gobierno (por medio de una vicepresidenta) en la que todos los días prometen
y ofrecen cantidades ingentes de dinero, para así obtener el voto (hoy la prensa
habla de la oferta de 20.000 € para que todos y cada uno de los jóvenes de este
país puedan “emprender”) me plantea de nuevo una pregunta teórica que siempre
me he hecho en campaña electoral: ¿hasta dónde puede llegar a mentir un político para
atraerse el voto de los ciudadanos? La mentira es tal en este caso que el
ala socialista del Gobierno (por medio de otra vicepresidenta) ha manifestado,
en tono de reproche, que la primera tiene que explicar cómo piensa financiar
tal medida (vid. la prensa de hoy.
El art. 6 de la Constitución
permite a los partidos políticos ejercer su actividad con total libertad dentro
del respeto a la Constitución. El respeto es, ciertamente, una regla
jurídica pero de carácter indeterminado, lo que hace muy difícil su aplicación al
caso que estamos tratando, porque no atisbamos una sanción posible al
incumplimiento del respeto exigido en el art. 6, lo que la convierte en una limitación
de carácter moral, a no ser que el Presidente del Gobierno la cesara por crear intencionadamente
un clima grave de inseguridad jurídica( art.9 de la Constitución). Pero, siendo
así, es cierto que votar en unas elecciones es un derecho que, para ejercerlo
correctamente, podríamos exigir se
sustente en programas electorales realizables, que no se basen en la imposibilidad
y la mentira, y la “sanción” que quizá podríamos aplicar cuando lo advirtamos sea
no votar a esas personas. No caigamos, pues, en la tentación de ser estúpidos,
porque como advertía lucidamente el Prof. Cipolla, a los estúpidos “las
elecciones les brindan una magnífica ocasión de perjudicar a todos los demás,
sin obtener ningún beneficio a cambio de su accion”( sic)(votar).
Valentín Cortés