Jueves 8 de Noviembre de 2018
¡Seamos
serios!
Los medios de comunicación quieren
hacer trascedente lo que es sólo coyuntural. Me refiero a la decisión del Tribunal
Supremo de unificar su doctrina en relación con el pago del Impuesto de actos jurídicos
documentados en las escrituras de hipoteca.
Lo realmente trascendente es que se ha aprobado una decisión sin que se
cometiera el desatino de obligar al pago a las entidades financieras, pero dándole efectos retroactivos a la nulidad
del Reglamento. Eso hubiera sido un desastre jurídico, económico y
financiero y una manifestación evidente de que el populismo se había apoderado
del Tribunal Supremo; amén de que hubiera sumido a la Nación en una imprevisible
crisis de certeza y seguridad jurídicas. La decisión del Gobierno en forma de Real
Decreto-Ley (vid. la prensa de esta mañana), llena de oportunismo político y de
desprecio jurídico al Tribunal Supremo, tampoco ha caído en el error jurídico, económico,
financiero y populista de la retroactividad, como no lo hubiera hecho el Tribunal
Supremo de haber acordado que el pago era obligación del prestamista, pero sin
efectos retroactivos.
Lo
coyuntural es si la Sala está dividida o cual fuera la actuación de todos
y cada uno de los magistrados. Porque lo que estaba y está en el meollo del
problema no es la responsabilidad del Presidente del Tribunal ni la del
Presidente de la Sala (que, por supuesto, la tienen) sino la aplicación estricta de la Ley, que debe (aunque no se consiga
siempre) trascender las afinidades, convicciones o sectarismos políticos de los
integrantes de las Sala Tercera, del Presidente del Gobierno o de los medios de
comunicación.
Valentín Cortés