Miércoles 19 de Abril de 2023
La futura ley de la vivienda y la técnica legislativa
Leo en www.republica.com que las comunidades autónomas
que están gobernadas por el PP van a pedir la convocatoria de la Conferencia Sectorial
de la vivienda. Hay una razón de fondo, que, me imagino, acompaña a la de la
oportunidad política, y es que, como dijimos el lunes pasado, la futura ley de
la vivienda afecta de lleno a un sector importantísimo de competencias que
tienen, en nuestro ordenamiento constitucional, la Comunidades Autónomas. No
parece adecuado, desde el punto de vista de la regulación legal que se pretende
llevar a cabo, no contar previamente con el parecer de los centros de poder dentro
de cuyas competencias se mueve la citada ley. Todo esto no propicia una buena técnica
legislativa.
Como tampoco propicia una buena técnica
legislativa que, como se ha sabido ayer tarde (y de ello se hace eco toda la prensa
de hoy), esta ley se va a promulgar utilizando el trámite parlamentario de urgencia así, pues, sin el debido y sosegado debate en el Parlamento.
Y, todavía más grave si cabe a
efectos de esa deseable buena técnica legislativa, se tramitará y aprobará sin
contar con los debidos informes y dictámenes consultivos de los órganos competentes.
Porque no se debe olvidar que esta ley afectará a un mercado económico importantísimo
y a un sector de la población que puede considerarse como global, por lo
que si a todo eso se añade que, según las informaciones que ofrece la prensa,
esta ley no irá acompañada en su tramitación, porque no existen, por los
correspondientes estudios sociológicos y económicos básicos para comprender la
realidad sobre la que se legisla, mucho me temo que la ley futura será,
posiblemente, contraproducente desde el punto de vista económico y sociológico,
anticonstitucional en algunos aspectos, y de imposible cumplimiento en otros puntos,
en fin, un anunciado desastre legislativo del que no se ve más razón que se
produzca que el deseado rédito político que esperan aquellos que la van a
aprobar en el Parlamento.
Valentín Cortés