Lunes, 13 de mayo de 2013
El futuro del jurado
La Constitución, que fue producto de un ir y venir de pactos generales
y parciales, incluyó en el art. 125 el principio de que los ciudadanos participarían
en la Administración de Justicia mediante “la institución del Jurado”.
Nada más inútil, menos necesario, y más alejado de la Justicia, según nuestra
tradición jurídico-procesal, pero que entró como un avance “democrático”.
Realmente la Justicia no se legitima democráticamente porque unos ciudadanos entren
en el Tribunal penal como jurados, porque la legitimación democrática viene de
que los jueces están siempre sometidos al imperio de la Ley, como dice el art.
124 de la Constitución. Algo tan antiguo como Montequieu (De l´esprit des
loix).
Ahora me entero (www.abc.es) que en el
proyecto del Gobierno de la futura Ley de Enjuiciamiento Criminal se reduce la competencia
del Jurado a los delitos de asesinato y homicidio; solo la existencia de la Constitución
impide la desaparición del Jurado.
Si se aprueba al final, sea
bienvenida la reforma, pues realmente no veo la ventajas de que nos juzguen personas
que no tienen la menor formación jurídica, que no tienen, pues, la sensibilidad
que se necesita, y que, por demás, están sometidas sin matices a los juicios
paralelos a los que tan acostumbrados
nos tienen nuestra prensa y medios de comunicación.
Valentín Cortés