Martes 18 de Febrero de 2020
La Moral, la incultura, el
Derecho Penal y la libertad de expresión
El Sr. Toledo, más famoso por sus
manifestaciones que por sus interpretaciones artísticas (algunas de estas
últimas realmente buenas) está siendo juzgado (vid. la prensa de hoy) por
manifestar públicamente que “se caga en Dios y en la Virgen”. Me
interesa que esta “opinión” se publique antes de que se dicte la sentencia
judicial penal que ponga fin al proceso en el que el Ministerio Fiscal pide la absolución,
manteniendo la teoría de que son manifestaciones que están amparadas en la
libertad de opinión y de expresión del Sr. Toledo. La sentencia puede ser de cualquier
tenor.
Cuando el Sr. Toledo manifiesta que
seguirá expresándose así porque él es ateo, confunde claramente el mundo
de la Moral con el del Derecho. En efecto, nadie le impide que sea ateo y que
haga toda la apología que quiera sobre el ateísmo, ni siquiera que blasfeme.
El problema está en que, con esas
manifestaciones públicas, en la manera en que se pronuncian y en las
circunstancias en que se producen, pueden “ofender” los sentimientos
religiosos de un importante sector de la población española que distingue
estas manifestaciones de lo que son meras blasfemias que, distorsionando la cuestión,
diríamos que están dentro del “acervo acultural” de la población española.
Blasfemar no es delito, ofender los sentimientos religiosos de los demás puede
serlo (art. 525 Código Penal) y, seguramente, nada tiene que ver con la libertad
de expresión que consagra nuestra Constitución.
Valentín Cortés