Viernes 16 de Septiembre de 2016
¡Ay,
la Sra. Díaz!
Cuando se dice que la Justicia es lenta, pero inexorable, no se quiere decir que siendo lenta
(que lo es) no se pueda evitar o modificar (que podría ser un significado), sino
que “no se deja vencer por el ruego o por la piedad”.
Aunque yo diría que, a veces, parece que es bondadosa. Lo digo porque ayer hemos conocido
que el Sr. Mas, y demás compañeros en aquel lejano referéndum del 9 de
noviembre, serán juzgados por prevaricación y desobediencia, pero que no lo
serán por malversación de los dineros públicos, lo que es poco lógico si, tal
como parece, se ha probado, al menos indiciariamente, que todo se organizó
desde la Generalidad y hubo gastos que sufragó este organismo. ¡Pudiera ser bondad!
El otro caso de lentitud de la Justicia
lo conocimos igualmente ayer; el Sr, Chaves y el Sr. Griñán no han sido
condenados a nada, sino que el fiscal ha pedido, para cuando se abra el juicio
(¿?), que sean condenados, el primero, por prevaricación y el segundo, por prevaricación
y malversación de fondos. Ya veremos si son condenados. Es evidente que no conocemos el sumario,
pero, por lo que hemos podido leer en la prensa durante estos últimos años (¡) ambos,
cada uno en su época, prácticamente hicieron lo mismo; de modo que la decisión del
fiscal podíamos decir, según desde el ángulo que se mirara, que ha sido lenta, y, a la vez, bondadosa o
severa.
En este panorama de inexorabilidad,
bondad, severidad y lentitud, sólo la Sra. Díaz desbarra cuando mezcla churras con merinas, tocino y velocidad, afirmando
pomposamente que “cree en la honradez y honestidad de uno y otro (Chaves y
Griñán) porque a ninguno de los dos se les ha acusado de beneficiarse personalmente”
(www.europapress.es). Como soy
inexorable, pero bondadoso, estoy seguro que lo ha dicho porque, a pesar de haber estudiado
Derecho, no ejerce como jurista y sólo da opiniones políticas.
Valentín Cortés