Lunes 12 de Marzo de 2018
Estrategias, pero políticas
Hablo de la investidura a Presidente
de la Generalidad del Sr. Sánchez.
Las jurisdicciones supranacionales, como la
del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, no son, por esencia, excluyentes de las jurisdicciones
nacionales, sino, podíamos decir, “fiscalizadoras”
de las mismas; sus resoluciones pueden anular y revisar las de los tribunales nacionales,
cuando éstos aplican de forma incorrecta el Tratado internacional-supranacional.
Acudir al Tribunal Europeo para alegar
la nulidad de una resolución judicial cuando no es firme, al admitirse contra
ella recurso, -por tanto cuando no se sabe aun si ha habido o no una violación
de los derechos humanos del interesado-, incluso cuando se trate de buscar sólo
una resolución cautelar y, por tanto, provisional de amparo del derecho pretendidamente
violado, es, visto en su conjunto, una arriesgadísima estrategia procesal,
a o ser que detrás de esa estrategia
procesal haya escondida una estrategia política, ajena al caso, que sea la que
realmente interese y prime.
Si añadimos que el Presidente del
Parlamento catalán decidió, -de inmediato a la notificación del auto del Tribunal
Supremo de denegación de la libertad del Sr. Sánchez para acudir al Pleno de
investidura-, aplazarlo hasta tanto no resolviera el Tribunal Europeo, y tenemos
en cuenta, además, que ese aplazamiento ha determinado que el Sr. Sánchez, también
de forma inmediata, haya decidido agotar los recurso jurisdiccionales nacionales,
la existencia de una o de varias estrategias políticas se ve clara. No se trataba tanto de
pedir la tutela de los derechos humanos del Sr. Sánchez como de la búsqueda de
un altavoz internacional para una causa que es política.
Valentín Cortés