Jueves 21 de Marzo de 2019
Delito y democracia
Uno de los eslóganes que más me impactó
de los que gritaban los manifestantes independentistas el pasado sábado en
Madrid, en una manifestación contra el proceso por rebelión que se sigue ante
el Tribunal Supremo, era: “este juicio es
una farsa”.
Me imagino que los que gritaban no entendían
que el juicio por rebelión fuera algo trágico,
pero con formato cómico, pues, hasta este momento no he visto a ninguno de
los acusados reír, ni siquiera sonreír con lo que allí acontece. Deben pensar
que la cuestión es seria y va en serio. Y tampoco creo que quisieran denunciar
que el proceso se seguía para engañar a
alguien o a todos, porque el tribunal no da la impresión de que, al final, engañando
a todos, no vaya a aplicar el Código Penal, observando hasta ese momento escrupulosamente
el Derecho Procesal Penal. Fuera de eso el significado de farsa no da para más.
Lo que hacían esas masas de independentistas,
que se manifestaban con toda libertad, era calumniar al Tribunal y a la Administración de
Justicia española, afirmando que se juzgan ideas y se pretende castigar a
presos políticos, y lo hicieron con toda impunidad, para mantener abierta la
espita de la internacionalización de eso que los juristas llamamos delito y
ellos llaman democracia.
Pero en este juego, cada vez tengo
mas dudas que puedan participar las autoridades del Estado que son precisamente
las de Cataluña, porque no creo que así cumplan con sus obligaciones
constitucionales.
Valentín Cortés