Viernes 24 de Octubre de
2014
Lex artis médica
La “portavoz” de la auxiliar de enfermería, ya curada del ébola, ha
anunciado demandas por responsabilidad y
querellas. Es decir: la guerra judicial total. Desde el punto de vista jurídico
es totalmente legítimo.
Ya hice un comentario el lunes
20 de Octubre pasado sobre lo que vagamente se anunciaba entonces. Cualquiera
que, ahora, lea los periódicos o vea los informativos de las televisiones,
observará que las futuras partes, en el que podría llamarse algo así como el
“proceso del ébola”, están tomando posiciones. La legítima lucha judicial,
irremediablemente, se desnaturalizará por la lucha política.
El problema de esa clase de lucha es doble: que las partes procesales
no podrán coincidir con las políticas, a no ser que se fuercen
extraordinariamente las cosas, y que las responsabilidades económicas sólo se
creen sustanciosas si es la Administración la responsable; por tanto, se
buscarán.
Todo me recuerda al caso del tren de Santiago, donde no ha tenido
recorrido haber buscado la responsabilidad más allá del foco lógico y natural
de producción de los hechos. Y ya alguien ha recordado, por ejemplo, que a los
misioneros fallecidos de ébola los han tratado sanitariamente más de 200
personas, durante muchos días y muchas horas. El problema, pues, no debe estar,
lógicamente, en la actuación y protocolos del aparato y sistema sanitarios. Y
si esto es así, ¿Cómo condenar a quien ha actuado dentro de las reglas de su
arte o ciencia o a quienes han impuesto esas reglas?
Valentín Cortés