Viernes 26 de Abril de 2024
El cambio de modelo de instrucción penal y la
decisiones de las Fiscalía de esta semana
La situación política que existe en
España alrededor de la Justicia, en la que se aprecia un ansia de control por
parte del Poder Ejecutivo, debe poner en cuarentena cualquier modificación de
la Ley de Enjuiciamiento Criminal que se esté preparando y que vaya destinada a
confiar competencialmente la instrucción penal a los fiscales. En esta última
semana hemos visto la grave crisis en la Fiscalía en relación al informe sobre
la admisión a trámite de la querella del novio de la Sra. Ayuso, para colmo,
contra un miembro de la Fiscalía; y ayer supimos de la rapidez con la que la
Fiscalía ha impugnado, ante el Tribunal superior, la decisión de un juez de abrir
diligencias previas en el tema de la Sra. del Presidente, exactamente horas después
de la famosa carta de éste. Este modelo de fiscalía no puede, obviamente,
decidir, en esa futura Ley modificada, cuándo se instruye y cuándo no una causa
penal; de ese tipo de fiscalía no puede depender el enjuiciamiento por actos
delictivos, pues claramente de esas actuaciones (y son sólo dos botones de
muestra) se deducen sus condicionantes políticos que se derivan del principio de
jerarquía y del nombramiento por el Gobierno del Fiscal General.
La instrucción por el Fiscal, no
habiendo motivos para rechazarla en principio, requiere, cuando menos, de una Fiscalía
totalmente independiente e inamovible que no esté jerarquizada en la toma de
decisiones; requiere una definición clara de quienes puedan ejercitar la acción
penal(que no puede ser exclusiva del Fiscal) y la actuación de un juez de garantías
que vele por los derechos de las partes procesales. Todo eso, ahora, con este clima político, es
imposible alcanzarlo.
Valentín Cortés