Lunes 20 de Mayo de 2024
La crisis del Sr. Milei y el espejo de España
La escandalera que ha provocado el
Sr. Milei, Presidente de Argentina, nos pone en el espejo, en el nuestro, dos
grandes mitos jurídicos que, en nuestra joven democracia, no hemos sabido
digerir y que, en parte, la sociedad española desconoce y no respeta: por una parte,
la presunción de inocencia y, por otra, la libertad de expresión.
En este blog han podido ser centenares
las veces que hemos criticado cómo el Tribunal Constitucional entiende la
libertad de expresión, si es de la prensa y de políticos, que desconoce el
honor, la honra, la privacidad de las personas, si es que éstas son políticas o
tienen algo que ver con la política. En estas semanas pasadas la prensa y los políticos
no han parado de darnos noticias sobre la, ya para ellos, irrefutable corrupción
del Presidente y su Sra. a cuento de las actividades de ésta: eso ha dicho el
Tribunal Constitucional desde hace muchos años nos guste o no, que es libertad
de expresión. Igualmente, la apertura de diligencias en un juzgado penal para
averiguar los hechos presuntamente criminales, denunciados en una querella, de
esta Señora, se dan por ciertos y los políticos hablan, sin presunción de
inocencia que valga, de corrupción económica y política; ¡cuántas veces hemos
criticado la “pena de telediario”!
Eso, pienso, es lo que, mirando al
espejo de lo que hacemos y se lleva en España, ha hecho el Presidente de
Argentina, posiblemente tan cercano a los españoles que se ha creído español: no
ha respetado la presunción de inocencia y ha creído que su libertad de expresión
le permite calumniar, porque él también es político y habla y piensa así de
otros políticos.
Como dice el adagio castellano: “en
el pecado lleva (llevamos) la penitencia”.
Valentín Cortés