Martes 26 de Febrero de 2019
Una ocasión perdida
En alguna ocasión he repetido lo
que decía el maestro Carnellutti, quien afirmaba que el “proceso es un juego”. Ese juego
no lo han “llevado” bien los procesados por rebelión. Bajo mi punto de vista,
han desaprovechado (no he oído a la Sra. Forcadell, pues escribo antes de que
declare esta tarde) el tramite de las declaraciones de los procesados, una
parte importante de este juego.
De ese trámite el Ministerio fiscal
y las acusaciones no podían esperar la admisión de la culpabilidad, que intentarán
probarla en la prueba de peritos y testigos; pero, por el contrario, sí se
debería haber intentado por los procesados ejercer su derecho de defensa desde
el único plano que les sirve: el jurídico-penal, y hacerlo elaborando un relato
adecuado, para ello. No lo han hecho y han perdido la ocasión.
La han perdido por partida doble,
pues, por si fuera poco, de todas y cada una de esas declaraciones lo que ha quedado
fijo procesalmente es el desprecio y
burla que todos y cada uno de los procesados profesan por el Derecho, al
que rechazan y vulneran cuando no coincide con la voluntad de la gente, que ellos encarnan y explicitan. Amen de
la falta absoluta de arrepentimiento,
lo que les lleva a declarar sin pudor que volverían a hacer o llevar a cabo la misma
conducta (hoy, por ejemplo, el Sr. Cuixart) si se les da ocasión para ello.
Todo esto, muy posiblemente, hará que
este trámite, o parte del juego, haya
sido claramente perjudicial para ellos.
Valentín Cortés