Lunes 24 de Abril de 2017
El desalojo de unas viviendas
ocupadas ilegalmente en Majadahonda
Posiblemente no hubiera escrito hoy
mi opinión sobre esta noticia (que he leído en www.europapress.es), pero han ocurrido dos
circunstancias completamente extraordinarias y escribo sobre ello:
La
primera, que he pasado por el lugar muy de mañana; y la segunda, que he podido leer que el Ayuntamiento
ha manifestado que “no tiene nada que ver
con este desalojo”.
Al pasar he podido ver a la policía
que se disponía a cumplir, efectivamente, la orden judicial de desalojo de un
edificio cuyo propietario está obligado a demoler, desde el mismo momento en
que lo terminó, si no antes, por exceso de altura, volumen, etc.
En el tejado y terrazas hay un muestrario
amplísimo de antenas parabólicas, placas solares de calefacción y agua, y
placas fotovoltaicas para la producción de electricidad, cada una de ellas dando
servicio a las viviendas ocupadas ilegalmente, mediante tubos, cables y demás
conexiones que cuelgan por las fachadas del edificio.
Todo, la obra ilegal realizada, la ocupación
de las viviendas, una detrás de la otra, de un edificio clausurado por el Ayuntamiento,
la colocación de parabólicas, placas solares, fotovoltaicas en terrazas y
tejados, todo se ha llevado a cabo a ciencia y paciencia del Ayuntamiento, pues
es evidente que no lo ha impedido en su momento o distintos momentos. Tampoco
ha procurado el realojo de esas familias mediante la construcción de viviendas
de tipo social, alquiladas o vendidas a bajo precio, porque, naturalmente, me
imagino, es más barato que se ocupen los edificios de los particulares.
De modo que el Ayuntamiento sí
tiene que ver con el desalojo; es, además de los ocupantes, el responsable del
desalojo que esta mañana, por las casualidades de la vida, he casi presenciado
en Majadahonda; que, por cierto, es el municipio más rico de España, después de
Pozuelo de Alarcón. ¡Ah!, un vecino que estaba viendo el espectáculo me ha
dicho: como este edificio ocupado hay
otros muchos en el pueblo y el Ayuntamiento no hace nada para evitarlo.
Valentín Cortés