Miércoles 23 de Enero de 2019
La no convalidación del DL sobre arrendamientos
urbanos
En www.larazon.es
de hoy hay una buena sistematización y resumen de las consecuencias jurídicas prácticas
para los ciudadanos, que se deducen de que el Congreso no haya convalidado el
Decreto-Ley sobre arrendamientos urbanos que modificaba varias leyes, entre
ellas la de Arrendamientos Urbanos, la Ley de Enjuiciamiento civil y la de
Propiedad Horizontal. A ella me remito.
Desde el punto de vista jurídico
general, la no convalidación, bajo mi punto de vista, es además una buena noticia.
Por tres razones: En primer lugar,
porque no se apreciaba la urgencia necesaria
para regular desde el Gobierno, sin discusión parlamentaria alguna, una materia
tan sensible como la del arrendamiento urbano, sobre todo cuando afectaba a tan
amplias zonas de nuestro ordenamiento encerradas en las leyes que hemos citado más
arriba. En segundo lugar, porque se
evita, al menos por el momento, una reforma que está incitada por una clara ideología
política, de un cierto populismo, que entiende que en este tema hay que
castigar los intereses del arrendador para resolver el problema de la vivienda
al arrendatario, recurriendo, así, de forma sensible a la práctica legal de tiempos del franquismo de modo que el Decreto-Ley obligaba al arrendador a extensos periodos de
arrendamiento, aun cuando no le conviniera económicamente, con lo que eso podía distorsionar el mercado de
arrendamiento, con los daños que ello conlleva, lo que parece no ha sido tenido en cuenta por el
Gobierno. En tercer lugar, es una buena
noticia porque, no aprobándose, se cercena de raíz la posibilidad claramente intervencionista
exigida por Podemos, para apoyar la convalidación, de que los Ayuntamiento regulasen
el precio máximo del alquiler en determinadas situaciones, posibilidad muy lejos de la economía
de mercado consagrada en nuestra Constitución.
Valentín Cortés