Lunes 20 de Abril de 2020
Un dislate casi completo
Leo en www.eleconomista.es una amplia y
detallada noticia acerca de un informe elaborado en el seno del Consejo General
del Poder Judicial sobre la prevista avalancha de demandas, recursos y
querellas judiciales que se van a producir cuando termine el estado de alarma
por la enfermedad producida por el coronavirus.
La preocupación del Consejo radica
en cómo hacer frente a esa avalancha, y la mía (mi preocupación) es comprobar que
la solución para el Consejo pasa por unificar al máximo las distintas
pretensiones de los ciudadanos contra la Administración, agrupándolas por
clases para así obtener una solución rápida y, sobre todo, uniforme de la
Justicia, modificando las leyes procesales, incluso, para legitimar a los sindicatos
(¡) para plantear demandas colectivas. Pareciera que ¡no quieren tener miles de
demandas, quieren tener pocas!
Pero, claro, ¿piensa el Consejo que
hay reclamaciones uniformes en una situación como esta en donde las vivencias personales
son esencialmente individuales y distintas las unas o las otras? Cuando lleguen,
y es un ejemplo que pone el Consejo, los miles de demandas de familiares por
muerte de sus mayores en las residencias, ¿cómo se pueden unificar los casos
pidiendo responsabilidad civil? Y, ¿ha pensado el Consejo quien debe determinar
el contenido de esas demandas colectivas dentro de esos sindicatos? ¿Y si
hablamos de los autónomos? ¿Y de los confiscados? Etc. etc.
Podría seguir poniendo inconvenientes
de todo tipo hasta el día que se termine el estado de alarma. Sólo pido que el Estado
(en este caso, el Consejo General del Poder Judicial) nos deje(“en mi hambre
mando yo”, dice un viejo aforismo popular) a los individuos pensar cómo
manejamos nuestros intereses y que prevea la forma de trabajar mucho más
intensamente de lo que lo hace ahora y, por lo que se ve, ha pensado hacer en
el futuro.
Valentín Cortés