Lunes 12 de Noviembre de 2018
Manuel Marchena
El acuerdo del Partido Popular y
del Socialista para que el Sr. Marchena sea el próximo Presidente del Consejo
del Poder Judicial y del Tribunal Supremo (primera página en toda la prensa de
esta mañana), desde el punto de vista jurídico, que es el mío, es una gran
noticia y supone una garantía para el Estado en los años que dure su mandato.
Se trata de un gran jurista, con un prestigio fuera de toda duda y una autoritas que no es discutida en el
ambiente judicial. Si nuestra Ley confiara a los jueces el nombramiento del
Presidente del Tribunal Supremo, sin duda, Manuel Marchena sería nombrado por
sus compañeros, porque su designación viene dada por su solvencia profesional,
y no por su adscripción política.
El único problema que plantea esta designación,
si al final se produce, es que el Sr. Marchena debe abandonar sus funciones
como magistrado y Presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo que, como
es sabido, tiene un papel pendiente en la resolución de una de las más grandes
crisis que ha sufrido el Estado Español desde la restauración de la democracia,
producida aquella por el golpe de Estado de los independentistas catalanes. Es en el nombramiento
del Presidente de esta Sala donde estará la segunda parte de la gran noticia
que comentamos hoy.
Valentín Cortés