Hartazgo
Espero no escribir, por lo menos, hasta el día diez de
este mes sobre la consulta secesionista del Gobierno de Cataluña.
De aquí al día nueve el único problema jurídico en este
tema es saber si alguien cometerá delito de desobediencia y cuantos
funcionarios, además, prevaricarán.
Como decía aquel poema costumbrista “mal barruntan mis
ovejas...”. Pero, aun así, como jurista preferiría que el Estado no se
acomodara a la desobediencia, aceptando el relativismo que le ofrece un sector
de la opinión publicada, y , aunque la reacción me imagino que en todo caso
sería selectiva, espero que al menos lo sea utilizando la inteligencia, dejando
de lado la astucia.
Valentín Cortés