Martes 12 de Noviembre de 2019
Un espectáculo institucional
Esta mañana hemos asistido, nos
cuenta la prensa, a un juego de pillos, para ver quien corre más: si el
Tribunal Constitucional o el Parlamento de Cataluña; todo ello para evitar este
último que la moción que se iba a aprobar sobre la autodeterminación (prohibida
por el Tribunal Constitucional, por ser contraria a la Constitución como las
anteriores) se hiciera después de que el propio Tribunal la pudiese suspender.
Para ello el Parlamento adelanta la fecha del Pleno; para lo contrario, el Tribunal
Constitucional adelanta también su reunión para llegar a tiempo de suspenderla
en su tramitación.
No se puede pedir cordura ni constitucional
ni jurídica al Parlamento catalán; pero al Tribunal Constitucional, sí. Es un espectáculo
(desgraciadamente institucional) ver correr a esta institución, para al fin perder
en el juego de pillos y trampas a los que el Parlamento catalán nos tiene tan acostumbrados
y está tan avezado que es difícil ganarle.
Inste el Tribunal Constitucional,
de una vez, la querella del Ministerio Fiscal por desobediencia reiterada de la
Mesa del Parlamento y déjese de juegos de pillos, donde tiene todas las de perder,
poniendo, además, al Estado en una situación institucionalmente insostenible.
Valentín Cortés