Viernes 19 de Septiembre
de 2014
La llamada ley catalana de consultas
Siempre he mantenido que el problema del secesionismo catalán es de
naturaleza jurídica, aunque, claro está, de gran contenido político. Las
reacciones que se han producido tras el referéndum escoces, en líneas generales,
van por ese camino pues recuerdan que allí la legalidad es otra; que allí se permitía
el referéndum y aquí no; que allí, eso que se concreta en el derecho a salirse del Reino Unido, existía; que aquí desgajarse
de España es un derecho que no existe.
Con alguna excepción. Por ejemplo, el Sr. Mas, en tono pomposo, nos ha
dicho del referéndum escoces: “este es el
buen camino y de hecho es el único para resolver los conflictos y diferencias”.
Se refería obviamente a votar. Pero el camino de Escocia no ha sido solo votar:
ha sido votar según la ley, votar lo que se puede votar y votar quien puede
hacerlo. Eso que llaman el pueblo catalán quiere votar en contra de la ley,
quiere votar lo que no puede votar y quiere privar de votar a quien sí puede
hacerlo: el pueblo español.
Por eso, un Derecho como el nuestro, que tiene más de XX siglos de
sedimento y estructura, no admite una norma tan absoluta y paladinamente
fraudulenta como la que hoy se aprobará en el Parlamento catalán, nacida para esconder
y cubrir la violación de la Constitución. ¡Vano esfuerzo!
Valentín Cortés