Viernes 27 de Mayo de 2 016
La
valla de Melilla
Ya sabemos que la Justicia es lenta
pero inexorable.
Leo con sorpresa en www.abc.es
una noticia en la que se nos cuenta que la Audiencia de Málaga ha confirmado el
auto de sobreseimiento de la causa abierta por un juez de Melilla contra
determinados guardias civiles por su actuación en la valla de Melilla con ocasión
de uno de los asaltos que se produjo hace ya muchos años.
Esos mismo años hace del momento en
que no se debería haber seguido una causa criminal contra unos agentes del
orden público que defendían una frontera del país. Ahora, se ha cerrado definitivamente.
Entonces la razón, la lógica y los hechos nos decían que aquello no era sino
consecuencia del cumplimiento del deber: eso es lo que ahora dice la Audiencia.
Pero entonces, no imperaba la razón, sino la sospecha y la corazonada judicial;
malas consejeras para la Administración de la Justicia.
Esa causa ha sido posible por la
estructura de nuestro proceso penal que pone en manos del Juez la posibilidad
de instrucciones sin fin, que buscan más que la verdad o posibilidad de los
actos presuntamente delictivos, incriminar
de la manera que sea a personas o instituciones según sus corazonadas, sus
sospechas o prejuicios le lleven a eso. Todo, bajo una importante dosis de
irresponsabilidad, que tantas veces hemos comentado en este blog.
Valentín Cortés