Miércoles 25 de Noviembre de 2015
La querella catalana
Cuando yo
comencé mi carrera de abogado, en 1969, existía un fraude procesal que llamaban
“querella catalana”; consistía en interponer una querella por falsedad contra
el acreedor para paralizar así la acción ejecutiva de éste contra el deudor. El
acreedor se veía envuelto en un proceso penal largo, tedioso, injusto, y siempre
había algunos que al final caían en el chantaje y negociaban con el deudor
querellante. Esta querella tenía mucho éxito en las provincias catalanas y prácticamente nulo
en las demás.
En
aquella época, por tanto, había acreedores que no aceptaban el chantaje, que
aguantaban, que al final cobraban y que hacían procesar al deudor por denuncia
o querella falsa. Aquellos deudores chantajistas,
si no negociabas con ellos, no solamente pagaban sino que se enfrentaban a
penas de cárcel.
Esto me lo ha recordado ayer el Sr. Mas cuando
dijo que habrá que esperar al Gobierno post elecciones para negociar con el Estado,
ya que con el actual es imposible; así
lo he leído en la prensa nacional esta mañana.
Es evidente que el Sr. Mas ha llevado al Estado
a un proceso injusto, largo, tedioso, perjudicial incluso, pero se equivoca
en creer que habrá un Gobierno que
negocie con él partiendo de un chantaje procesal, y, si el Sr. Mas levanta el
chantaje que propicia el proceso, su posición se habrá diluido como un
azucarillo.
Valentín Cortés