Martes 23
de Mayo de 2017
La vacuidad
de una frase
Aunque no
era mi intención, vuelvo hoy al tema catalán, porque una de las cosas que dijo
el Presidente de la Generalidad en su conferencia de ayer fue una frase pomposa,
pero vacua, típica de los secesionistas, que, en principio, me ha interesado:
El Estado “no tiene tanto poder como para
detener tanta democracia”. Realmente, no creo que se cite en el
bachillerato del futuro como ejemplo del detonante de una nueva era, pero la traigo
a colación porque creo que enlaza con lo que yo ayer, en este blogg, decía y me
reafirma en lo que decía.
Que el
Estado tenga el poder no creo que
nadie lo pueda negar en serio, ni siquiera el conferenciante; que lo que hay en frente sea tanta democracia, no voy a negar que
alguien lo pueda creer, pero ni lo cree el Estado( en el conjunto de sus
instituciones), ni la comunidad internacional que nos concierne, por lo que pareciera
se refería el Presidente de la
Generalidad, más bien, a que “le interese”
utilizar ese poder.
Veamos: La opción que ofrece el conferenciante es la ilegalidad y la ruptura del Estado, de modo que, como esta opción es inasumible ontológicamente por el Estado, mucho me temo, que descartada también la fuerza por los independentistas, la única salida es el art. 155 de la Constitución que, llegado el momento, el Estado puede llevarla cabo, le interesa llevarla a cabo y, además, sirve para restaurar la democracia, pues aplica la Constitución allí donde fue violada.
Veamos: La opción que ofrece el conferenciante es la ilegalidad y la ruptura del Estado, de modo que, como esta opción es inasumible ontológicamente por el Estado, mucho me temo, que descartada también la fuerza por los independentistas, la única salida es el art. 155 de la Constitución que, llegado el momento, el Estado puede llevarla cabo, le interesa llevarla a cabo y, además, sirve para restaurar la democracia, pues aplica la Constitución allí donde fue violada.
Valentín Cortés