Valentín Cortés Domínguez

Valentín Cortés Dominguez es Catedrático de Derecho Procesal. Ha sido abogado con 47 años de experiencia, conferenciante y autor de múltiples publicaciones jurídicas y de manuales de derecho procesal que son libros de texto en distintas universidades españolas y de América latina.

lunes, 13 de septiembre de 2021

 

Lunes 13 de Septiembre de 2021

La “diada” y los indultos

Algunos medios periodísticos (por ejemplo, vid. www.republica.com) aventuran que, tras el “fracaso” de las manifestaciones en Barcelona el pasado sábado día 11, el comportamiento social de la sociedad catalana justificaría los indultos concedidos por el Gobierno a los condenados por sedición, reapareciendo así, en los próximos días, la corriente social-política-periodística, bien definida de antemano, favorable a los indultos aprovechándose de este dato.

Pudiera ser que se trata de ejercer presión, o de la voluntad de hacerlo, para inclinar al Tribunal Supremo (Sala Tercera) en la decisión que tiene que tomar en relación con la legalidad y constitucionalidad de los indultos otorgados. En definitiva, el argumento sería que los indultos han propiciado una via de solución del problema del secesionismo catalán y que, por tanto, han sido de gran utilidad pública.

El problema, tal como está planteado, no tiene presentación posible en el ámbito del Derecho (que es donde estaría el Tribunal Supremo), pues parte de la idea inasumible de que hay que perdonar al delincuente porque su delito se justifica o se admite por una parte de la sociedad, aunque se rechace frontalmente por la mayoritaria. No creo que este argumento tenga recorrido en el seno del Tribunal Supremo, máxime cuando los medios de comunicación han publicado en estos días pasados que, en el programa de reformas legales del Gobierno, no entra la de modificación de la penalidad del delito de sedición. Si los indultos hubieran tenido esa utilidad pública, lo que se justificaría en esa línea de pensamiento, sin duda, sería despenalizar la sedición o reducir sustancialmente su pena, lo que vemos que no es el caso.

Valentín Cortés