Jueves 19 de Enero de 2023
Las recusaciones en el
Tribunal Constitucional
Hoy recoge la prensa que la magistrada
del Tribunal Constitucional, ponente en el recurso de amparo del ex
parlamentario de Podemos, Sr. Rodríguez, en el que solicita que se anule la
pérdida de su escaño en el Congreso en función de la ejecución de una sentencia
del Tribunal Supremo, fue en su día componente de la Junta Electoral Central,
presidiéndola, que avaló la pérdida de ese escaño, admitiendo la sustitución del
Sr. Rodríguez por el siguiente en la lista. Hace unos días tuvimos noticia de
que otra magistrada, que será la ponente en el recurso de inconstitucionalidad
de la ley catalana que elimina la enseñanza obligatoria en español, avaló, a su
vez, desde instituciones catalanas, la eliminación de la cuota de español de esa
enseñanza. Por su parte, el exministro de Justicia, Sr. Campo, también
magistrado, no podrá conocer de múltiples casos (por ejemplo, indulto a los sediciosos
catalanes) por haber intervenido directamente en su concesión.
Todo esto indica, de forma patente,
una práctica viciosa en la elección de los Magistrados que ha convertido al
Tribunal Constitucional en un órgano, no político, sino politizado al máximo;
una práctica, además, que nos puede hacer creer falsamente que en España no
existe una “cantera” apropiada de juristas de reconocido prestigio, dado que
los que son magistrados ahora, o lo han sido antes, en muchos casos, han pasado
previa y sucesivamente por distintos puestos de designación ( Gobierno, Consejo
General del Poder Judicial, Fiscal General del Estado, Junta Electoral Central,
Tribunal de Cuentas, etc. etc.). El daño que se hace a la institución no es
mensurable; y mucho más cuando, produciéndose esas designaciones para la
ponencia de un determinado recurso, no se produce de forma inmediata la
abstención de esos magistrados( como, de contrario, esta misma mañana ha ocurrido en el caso de la enseñanza en Cataluña), obligando entonces a las partes a presentar la
recusación, que sin duda debe ser admitida. Todo esto presenta una imagen muy
desfavorable de nuestro Tribunal Constitucional.
Valentín Cortés