Lunes 23 de Septiembre de 2013
De nuevo sobre de la recusación del Presidente del Tribunal Constitucional
He leído en www.larazon.es
un extracto del auto del Tribunal Constitucional (TC) rechazando la recusación
de su Presidente.
La base del auto es, por supuesto, que la Ley no impide que los
Magistrados pertenezcan a partidos políticos; tampoco lo hace la Constitución. Este
argumento no es baladí ni reduccionista y no puede ser despreciado, porque
indica que no se quiso privar por el constituyente al TC de militantes de
partidos políticos, sino de dirigentes de esos partidos (esa sí es causa de
incompatibilidad).
Lo que ahora dice el TC es que el magistrado, sobretodo siendo, como
tiene que ser, una personalidad prestigiosa, por supuesto en el Derecho, pero
no solo, no cabe exigirle que renuncie a esas circunstancias y vivencias que
conforman tal personalidad y prestigio, que por sí mismas no pueden ser “
condicionamientos negativos que afecten a su imparcialidad”.
El voto particular del Magistrado Luis Ortega, sin quererlo, viene a
reforzar esta idea, pero desde un punto de vista distinto, pues mantiene que se
debería haber aceptado la recusación porque, viene a decir, ya hay suficiente
sombra de sospecha sobre la independencia del Tribunal sobre los partidos políticos,
“en virtud de nombramiento de los magistrados y de las ocasionales
coincidencias entre el sentido del voto de los magistrados y el signo político
de los proponentes”, para añadir una sospecha más. Siendo así, lo que no
acepto, la conclusión sería tener un TC como no quiso el constituyente. Propondría,
en ese caso, cambiar el sistema, pero por Ley.
Valentín Cortés