Miércoles 26 de Abril de
2017
A
contracorriente
He leído en www.elconfidencial.com
una noticia que me anima a ir a contracorriente en este mundo proceloso del
binomio Justicia-corrupción política que
nos inunda, atosiga, apabulla, cohíbe, acongoja y molesta un día sí y otro también.
Por lo leído, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha rechazado la
demanda de la enfermera, antaño contagiada de ébola, y de su marido, contra la
Sanidad española por haber sacrificado a su perro Excalibur; pedían 150.000€ de
indemnización (¡). El perro fue sacrificado para evitar contagios.
La desgracia se cebó con aquella
enfermera y gracias a un inmenso gasto de todos los españoles, a una inmensa profesionalidad
de los responsables de Sanidad, a un sistema sanitario extraordinario y eficaz,
ella salvó su vida y se evitaron mayores contagios que, curiosa e imprudentemente,
la enfermera no había evitado.
La desgracia le trastornó
posiblemente su sentido, no ya del agradecimiento, que también, sino su sentido
de la medida de sus derechos y, ahora acaba de perder, y con condena en costas, gracias a una Justicia digna y a la
altura de las circunstancias, la última de las demandas que interpuso y con las
que pretendía sumas inmensas de euros en indemnizaciones por razones diversas.
En su momento, ya dije en este blog,
que tuvo suerte de que algunas de las personas, a las que expuso de forma imprudente
a la enfermedad, y que fueron denunciadas por ella de no haberla atendido
correctamente, no la emprendieran judicialmente contra ella para que se
castigara su proceder.
Por último, www.elconfidencial.com
se “equivoca” al intitular la noticia afirmando que el perro no vale 150.000 €, porque lo que
la Justicia ha dicho es que el perro fue acertada y legalmente sacrificado, y
que, por tanto, no se puede pedir indemnización alguna por su sacrificio.
Valentín Cortés