Valentín Cortés Domínguez

Valentín Cortés Dominguez es Catedrático de Derecho Procesal. Ha sido abogado con 47 años de experiencia, conferenciante y autor de múltiples publicaciones jurídicas y de manuales de derecho procesal que son libros de texto en distintas universidades españolas y de América latina.

miércoles, 26 de abril de 2017


Miércoles  26 de Abril de 2017
 
A contracorriente
He leído en www.elconfidencial.com una noticia que me anima a ir a contracorriente en este mundo proceloso del binomio Justicia-corrupción política que nos inunda, atosiga, apabulla, cohíbe, acongoja y molesta un día sí y otro también. Por lo leído, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha rechazado la demanda de la enfermera, antaño contagiada de ébola, y de su marido, contra la Sanidad española por haber sacrificado a su perro Excalibur; pedían 150.000€ de indemnización (¡). El perro fue sacrificado para evitar contagios.
La desgracia se cebó con aquella enfermera y gracias a un inmenso gasto de todos los españoles, a una inmensa profesionalidad de los responsables de Sanidad, a un sistema sanitario extraordinario y eficaz, ella salvó su vida y se evitaron mayores contagios que, curiosa e imprudentemente, la enfermera no había evitado.
La desgracia le trastornó posiblemente su sentido, no ya del agradecimiento, que también, sino su sentido de la medida de sus derechos y, ahora acaba de perder, y con condena en  costas, gracias a una Justicia digna y a la altura de las circunstancias, la última de las demandas que interpuso y con las que pretendía sumas inmensas de euros en indemnizaciones por razones diversas.
En su momento, ya dije en este blog, que tuvo suerte de que algunas de las personas, a las que expuso de forma imprudente a la enfermedad, y que fueron denunciadas por ella de no haberla atendido correctamente, no la emprendieran judicialmente contra ella para que se castigara su proceder.
Por último, www.elconfidencial.com se “equivoca” al intitular la noticia afirmando que el perro no vale 150.000 €, porque lo que la Justicia ha dicho es que el perro fue acertada y legalmente sacrificado, y que, por tanto, no se puede pedir indemnización alguna por su sacrificio.
Valentín Cortés