Jueves 7 de Septiembre de 2017
El
parto de la astucia
Los acontecimientos de ayer en el
Parlamento catalán me obligan a empezar el nuevo curso con un poco de
anticipación a lo anunciado.
Me he acordado de Esopo y de su “parto de los montes”; me he acordado de
la tan renombrada ”astucia catalana”,
aplicada y aplicable en este proceso de secesión por los independentistas que
tanto la ponderaban, porque se trataba de hacer las cosas de modo tal que el
proceso tuviera cobertura legal inatacable por el Estado. Nunca entendí cómo un
proceso revolucionario debería tener en su gestación cobertura legal, pero el
hecho es que tras larga gestación la astucia ha parido, no un ridículo ratón,
sino un bodrio de ilegalidades.
La inclinación irrefrenable de los secesionistas
al fraude legal, confundiéndolo con la astucia, ha dado lugar a un fin de
fiestas que ni siquiera los más benévolos y condescendientes entenderían que
tiene un ápice de legalidad ni formal, ni material, ni autonómica ni
constitucional: es todo un inmenso fraude que se derrumba por su propio peso.
No es la hora, pues, de la política
(que nadie dice en qué consiste) sino la de sanear
y poner orden. Es la hora de la Ley. Ahora es cuando ya no caben excusas ni
a los jueces, ni a los magistrados del Tribunal Constitucional, ni al Senado,
ni al Gobierno para poner fin a este
bodrio de ilegalidades que nos ha nacido y dejar fuera de la política a quien
ayudó a engendrarlo.
Valentin Cortés