Miércoles 18 de Enero de 2023
La determinación de la minuta de los abogados y la
libre competencia
Leo en www.cincodias.elpais.com la
noticia de que el Tribunal Supremo ha confirmado la sanción que se le impuso al
Colegio de Abogados de Madrid al establecer un, podríamos llamar, baremo
para minutación, que serviría para fijar sin más el criterio del Colegio sobre
la minuta de honorarios justa y adecuada, en los supuestos de impugnación de
esas. La sanción se la impuso la Comisión Nacional del Mercado y de la
Competencia por, precisamente, violar la libre competencia entre abogados, pero,
curiosamente, porque, ese llamado baremo, que se estableció sólo para los
supuestos de impugnación, ha acabado por usarse como criterio general de establecer
la minuta de honorarios adecuada según el Colegio y, por tanto, libre de
impugnaciones exitosas.
Pero, claro, la existencia de los
Colegios profesionales, entre otras cosas, se justifica para poder defender a
sus colegiales de los clientes que no cumplan con su obligación de pagar la minuta
de horarios y a los clientes para defenderlos de cobros exagerados o indebidos.
Y ello se hace, quiera o no darse cuenta el Tribunal Supremo, estableciendo
unos criterios que son el reflejo escrito, anticipado y público de la opinión del
Colegio en la materia. Y esto no evita ni los casos especiales o fuera de lo
normal, ni que los abogados lleguen a pactos de minuta con los clientes, como
tampoco impone la uniformidad de los abogados a la hora de minutar, ni menoscaba
la valía y pericia de unos abogados frente a otros; simplemente si el órgano judicial,
en caso de impugnación de la minuta, pide dictamen sobre la adecuación de ella al
Colegio correspondiente y el Tribunal, sin más, lo va a seguir ciegamente, lo lógico
es que los colegiados sepan por adelantado cuál es el criterio del Colegio, que
en nada prevalece si es que hay un acuerdo previo entre abogado y cliente o si
el Tribunal aprecia la especialidad de caso, frente al general que es el tenido
en cuenta por el Colegio a la hora de fijar el baremo.
Valentín Cortés