Miércoles 15 de Abril de 2020
Una confiscación que no
ampara el estado de alarma
La Orden del Ministerio de Sanidad,
publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado, confiscando todos los test de detección
que existan en manos privadas es sumamente peligrosa y esencialmente irregular
desde el punto de vista jurídico -amen que desde otras perspectivas, que no nos
toca a nosotros analizar, merezcan un reproche serio- en casos como el de Siemens-Gamesa en donde las
pruebas habían sido adquiridas y eran utilizadas como medida de prevención de la enfermedad en los empleados en la vuelta
al trabajo que se produjo el lunes pasado.
Es cierto que, en cuanto
material sanitario de primer orden, las pruebas de detección deben estar al servicio
de la comunidad, y con conocimiento y, digamos, bajo el control del llamado “mando
único”, pero este conocimiento y control no permite confiscar material propiedad
de una empresa que, precisamente, se estaba utilizando para prevenir contagios,
siguiendo así, por cierto, la obligación que tenia Gamesa en relación con sus
empleados y con la sociedad.
Los resabios totalitarios
que imperan en la acción del Gobierno, que he venido denunciando, ayer por última
vez, son cada vez más clamorosos, injustos e irregulares desde el punto de
vista jurídico. ¿Puede el Gobierno,
acaso, decir que esas pruebas de detección son mas necesarias en otras personas
que en los trabajadores de la empresa Siemens? Sólo en ese caso, se justificaría
una confiscación de tal calibre.
Valentín Cortés