Miércoles 21 de Diciembre de 2022
La admonición de la Unión Europea
A su manera (vid. la prensa de hoy)
la Unión Europea advierte a España sobre el fondo y la forma de las reformas
legislativas que afectan a los órganos jurisdiccionales, en nuestro caso, al
Tribunal Constitucional y al Consejo General del Poder Judicial, que son en los
que incide la reforma que el Gobierno no pudo aprobar tras la decisión cautelarísima
del Tribunal Constitucional de hace dos días. La reforma afectaba, es sabido, a
los quora de aprobación de designaciones dentro del Consejo General del Poder
Judicial, así como a las funciones del propio Tribunal Constitucional y a su
renovación.
La advertencia de la Unión Europea
expresa la necesidad de que los diputados puedan disponer, para tomar su decisión,
de los informes de esos órganos afectados, y también expresa la necesidad de que se adapte a la legislación
nacional (incluida, lógicamente, la Constitución) y a los estándares europeos,
lo que afecta de lleno al pretendido cambio de quorum. Esos informes, todo
indica que serían muy críticos con las reformas.
Puede ser que me equivoque, es lo más probable, pero en este marco nuevo no veo el plus que aporta ni la oportunidad jurídica (la política me la puedo imaginar), ni su fácil encuadre dentro de la admonición europea, de que se discuta y apruebe la reforma iniciando el procedimiento parlamentario mediante proposiciones de ley presentada por todos los grupos parlamentarios que apoyan al Gobierno. Pues, no se trata de que la reforma esté avalada por una mayoría de la Cámara (que se da por hecho) sino que esa mayoría apruebe algo que se adapte en el fondo y la forma a lo que de manera clara ahora pide concretamente la Unión Europea.
Quizá, con esta
iniciativa legislativa plural, se trata de una manera, casi infantil, de seguir
manteniendo que el Parlamento está por encima de la Constitución y de querer
engañar a la Unión Europea.
Valentín Cortés