Miércoles 8 de Noviembre de 2023
El desprecio por la Constitución
Hoy se tramitará en el Pleno del
Senado la modificación de su Reglamento que, según es sabido (vid. www.europapress.es), determinará, y para eso
se hace, el modus operandi de la tramitación de la Ley de amnistía. De
modo que el Gobierno presentará al Congreso lo que tendría que ser un proyecto
de ley como proposición de ley, en claro fraude parlamentario, para de
esa manera tramitarla y aprobarla con urgencia, sin dictámenes, sin plazos
alargados y prácticamente sin debates y el Congreso se lo admitirá sin
problemas. Y, por su parte, el Senado, con mayoría absoluta del PP, maniobra
parlamentariamente hoy para atrasar todo y discutir en profundidad. Una Cámara
contra otra.
Éste es un signo más del deterioro
de nuestro Estado de Derecho, que no parece tener ya su base en la división de Poderes
estatales independientes los unos de los
otros como establece la Constitución; pues, ahora además tenemos un Tribunal
Constitucional que, de forma continuada y sin fisuras, vota en bloques
definidos, y siempre por la constitucionalidad
de algunas leyes que cualquier jurista sabe que no se adaptan a la Constitución
( la última, ayer, la de imposiciones fiscales temporales a las grandes
fortunas); tenemos un Poder Judicial, maniatado hasta ahora por el Poder Ejecutivo( y por su brazo tonto, el Parlamento), que se
ve obligado a hacer declaraciones institucionales, porque le impiden hacerlo de la forma legal
establecida, advirtiendo al Gobierno, al Parlamento y al Tribunal
Constitucional que esa ley de amnistía que se quiere tramitar y aprobar de esa
manera no cabe en la Constitución; tenemos una Presidenta del Congreso al
servicio del Presidente del Gobierno, que ni señala fecha para la investidura,
ni procura y permite la menor actividad parlamentaria normal y ordinaria. Y
tenemos un largo etc, que se concreta en un Gobierno que orilla con mucha
frecuencia la Constitución.
Nunca hubo una manifestación más
clara, amplia y pertinaz de desprecio por la Constitución desde que la aprobamos
en 1978.
Valentín Cortés