Martes 15 de Enero de 2019
¿Trampa
saducea?
La prensa publica hoy la noticia referente a la petición
de ciertas defensas, en el proceso por rebelión ante el Tribunal Supremo, para
que presten testimonio en ese proceso el Rey y el Sr. Puigdemont.
Lo que esas peticiones encierren de
trampa saducea lo sabremos más
adelante, con el tiempo; igualmente sabremos si esa petición es un brindis para
la deseada futura intervención del Tribunal Europeo que todo buen independentista
anhela.
Pues bien, además de las
dificultades constitucionales para que el Rey preste testimonio (el Rey no está
sujeto a responsabilidad -arts.56.2 y 64 de la Constitución- por lo que difícilmente
puede asumir la que correspondería a cualquier testigo), no es menos cierto que
los hechos, aptos para dilucidar si el alzamiento en Cataluña fue o no rebelión
o si en ese alzamiento intervinieron o no los procesados, parecen que se
desarrollaron muy lejos de la esfera personal o de conocimiento del Rey. Luego,
parece claro que el Rey no puede ser testigo.
En el caso del Sr. Puigdemont la
cuestión no debería tener la menor duda, incluso para los independentistas,
pues no se olvide que este señor está procesado en rebeldía y que, dado que el
testigo presta su testimonio con promesa o juramento de decir verdad, lo que
puede perjudicar al Sr. Puigdemont o precipitarlo a la falsedad, el Tribunal,
para proteger sus derechos, denegará tal petición, pues la única declaración
que el Sr. Puigdemont puede prestar en el proceso es como parte acusada y sin
estar sometido a juramento o promesa de decir verdad. Gran ventaja, por cierto
de nuestro sistema procesal penal que, incluso, el Tribunal Europeo sabrá apreciar.
De modo que no sé si realmente en
este caso hay material siquiera para una trampa saducea.
Valentín Cortés