Martes 22 de Junio de 2021
La falta de motivación y fundamentación de los
indultos
Es penoso, desde mi punto de vista
jurídico -que es el de este blog-, oír al Presidente del Gobierno en su intento
de justificar los indultos. Para el Presidente los indultos no sólo benefician
a los indultados, sino a toda España.
El Presidente y sus asesores han creído que
cuando las jurisprudencias consolidadas del Tribunal Constitucional y del
Tribunal Supremo mantienen la necesidad de que las resoluciones (todas) del
Poder estén motivadas, basta con alegar uno o varios motivos para
satisfacer tal exigencia. Toda esa serie de conceptos altisonantes y palabras mágicas
que son expuestas como motivación de los indultos (“concordia”, “reencuentro”, “nueva
sociedad”, “convivencia”, “reconciliación”, “lo mejor para Cataluña y para España”, “lo más
conforme con el espíritu de concordia de la Constitución”, etc, etc.)y que
nos representan, según las palabras del Presidente, una Nación a punto de desaparecer
si no se evita tal desastre con los indultos, hacen, posiblemente, que los
indultos estén razonados, pero, sólo, formalmente razonados.
Pero eso no es motivar una resolución;
no basta con eso. Es necesario que esos motivos sean razonables, porque
las resoluciones tienen que ser razonadas y razonables, amen de no ser
arbitrarias. La Sala Segunda del Tribunal Supremo ya dijo que, en las
circunstancias presentes, los indultos serían arbitrarios y, ahora, en esas
circunstancias objetivas y subjetivas, además de arbitrarios estarían
infundados, porque nada de lo que dice el Presidente del Gobierno que motivan los
indultos se siente como tal por una amplísima mayoría de los españoles y, además,
no se producirá, como se han encargado de poner de manifiesto ayer y hoy los real y únicamente
beneficiados políticos de tal decisión: los independentistas catalanes.
Valentín Cortés