Miércoles 25 de Octubre de 2017
Quod
natura non dat, Salmantica no proestat
De todas las noticias que, de forma
continua, se han producido hoy sobre el tema catalán, la más llamativa e
importante está relacionada con el anuncio de que el Sr. Puigdemont no irá al Senado;
para mí lo que es llamativo no es tanto que no vaya, como la razón que se ha
esgrimido por este Señor: El Gobierno ya
tiene decidido aplicar el art. 155 de la Constitución (¡).¡Bueno fuera que
no lo tuviera decidido!; otra cosa es que se lo conceda el Senado.
Me parece incuestionable que esta
crisis política está desnudando a los políticos, poniendo sobre el tapete las
miserias o virtudes que los adornan desde el punto de vista político, pero también
desde el punto de vista jurídico y constitucional. Al Sr. Puigdemont, que no es
senador, se le da la posibilidad de ejercer unas de las funciones que la Constitución
(art. 66.2) otorga a las Cortes Generales, cual es ejercer el control de la acción del Gobierno, que evidentemente,
(¿de qué se extraña y se queja el Sr. Puigdemont?) ha pedido que se aplique el
art. 155, lo que es tanto como decir que tiene decidido aplicarlo. El control, en este caso, consiste en
exponer los argumentos jurídicos para convencer al Senado que no siga la petición
del Gobierno y no apruebe la Ley que le pide éste, cooperando a determinar el
control que en el futuro ejercerá el Senado sobre la acción del Gobierno en ese
punto.
El Sr. Puigdemont debe creer que sólo
se va a las Cortes Generales para ganar votaciones, lo que da idea de la altura
constitucional con la que se maneja esta autoridad.
Pero, ya se sabe, lo que la naturaleza no da….
Valentín Cortés