Martes, 23 de abril
de 2013
El mal ejemplo
y el coste de oportunidad.-
Leo en la
prensa que el Gobierno canario se apunta al modelo Cortés (no el mío, sino el
de la Consejera del Gobierno andaluz). Cuando se apuntará otro Gobierno autonómico
a este modelo es algo que no sabemos, pero seguro que está al caer. Desde el punto
de vista jurídico, que es el que me interesa, el coste de oportunidad de que
estos señores se dediquen a la política es altísimo; desde el punto de vista
financiero, me consta que es incalculable. ¿Desde el punto de vista político?: ¡Ah,
ese no es mi tema!
Un jurista
no puede entender que estando pendiente de tramitación en el Senado el proyecto
de ley (aprobado en el Congreso) de Protección
a los deudores Hipotecarios, de reestructuración
de la deuda y alquiler social, que protege a los grupos de exclusión
social, que modifica de forma sensible aspectos de la Ley de Enjuiciamiento
Civil en orden a la valoración de las fincas, a su subasta y adjudicación, que
admite suspensiones temporales del desahucio, que potencia que las entidades
financieras lleguen a acuerdos con sus deudores, que no supone, para mi
entender de las cosas, un coste jurídico y financiero ni siquiera excesivo, yo
que soy jurista ( y ahora no quiero tener ideas políticas) no puedo entender
que esas Comunidades Autónomas ( y las que van a venir) asuman el coste de
oportunidad de tener políticos que desconocen la esencia del Derecho.
Yo lo digo:
el coste es incalculable.
Valentín Cortés