Jueves 8 de Octubre de 2015
Los
problemas del aforamiento.
Para los ciudadanos no juristas, la
noticia que hoy publican los medios de información digitales relativa a la devolución
por el Tribunal Supremo de la causa de los EREs al Juzgado de Sevilla, al no
haber aforados en este momento, puede producir estupor, y con razón. Fuera de
las razones estrictamente legales (que las hay) no se entiende este baile de
competencias, previo desgajamiento de la
causa por existencia del aforamiento, para volver todo a su inicio inicial.
Todo ello se ha producido porque unos Sres. que eran aforados han renunciado a
la condición de parlamentarios, que los hacia aforados. Es decir, se tiene la sensación
de utilización de la Justicia, aunque así, espero, no sea.
La conclusión es que hay que acabar
con los aforamientos, para reducirlos a sus justos límites que para mí están en
( siendo el Rey inviolable e irresponsable) en la Reina, Princesa de Asturias,
y Presidentes del Gobierno, del Congreso, del Senado, del Tribunal
Constitucional y del Tribunal Supremo-Consejo General del Poder Judicial. Es
decir, la Jefatura del Estado y los presidentes de cada uno de los Poderes del
Estado. Pero, ¡ya sé que mis colegas no estarán de acuerdo!
Valentín Cortés