Jueves 12 de Noviembre de 2015.
La
triste realidad de la desobediencia
Lo que ayer más hirió mi
sensibilidad jurídica (y ciudadana) fue oír a una señora, representante del Gobierno
catalán, decir pomposamente que ellos no iban a obedecer el mandato de ayer
tarde del Tribunal Constitucional. Ya me impresionó (vid. mi entrada del día 27
de Octubre pasado) cuando propusieron una resolución en ese sentido para que,
al final, se aprobara por el Parlamento catalán. ¡Lo juristas no nos podemos
acostumbrar al desacato!
Dije el pasado día 6 de este mes
que el proceso es un juego, siguiendo para ello a Carnelutti. Ayer vimos cómo esa
señora decía que ellos no iban a cumplir ninguna regla del juego que está en
marcha. También decía entonces que a los que no cumplen las reglas del juego se
les echa de la partida y, añado ahora, es muy difícil que juguemos otra vez con
ellos. Este es el drama: que desacatan, que serán sancionados y que quedarán
fuera del juego político de forma irremediable. Esos que incumplen y que
desobedecen no tienen posibilidad alguna de ser interlocutores de nada y ante
nadie.
Valentín Cortés