Jueves 20 de Octubre de 2016
La
coacción que llaman escrache
Hace ya algún tiempo que en este
blog abordé el tema de lo que la prensa, muchas veces irresponsable en la terminología,
llama escraches.
Lo que ayer sufrió Felipe González,
en la que ha sido tanto tiempo mi Universidad, no fue un escrache; fue, por el
contrario, un acto de coacción colectiva delictiva que llevaron a cabo un
conjunto de personas que se unieron para delinquir más fácilmente y conseguir
el fin propuesto: la vulneración de los derechos constitucionales del Sr. González
a decir lo que le venga en gana.
Desgraciadamente los jueces que
juzgaron aquellos actos de antaño, de esos escraches que llaman impropiamente,
se sintieron por lo general estrechos e insensibles jurídicamente, y aquellos inicios
de coacción colectiva y delictiva fueron a la postre amparados por resoluciones
judiciales intolerables desde el punto de vista legal.
Hoy tenemos los resultados delante
de nuestros ojos y siento pavor pensando que estas coacciones intolerables
tengan amparo, directo o indirecto, del Juzgado de instrucción de turno. Pero
nunca pierdo la esperanza de que la cordura y responsabilidad judicial luzca
como tiene que lucir y castigue, esta vez, penalmente, a los responsables.
Valentín Cortés