Martes 21 de Noviembre de 2017
Las “horcas caudinas” del acatamiento.
Ya dije en algún momento que al denominado
“proceso” se le daría fin por la vía
judicial y por la vía económica;
y que sustanciadas estas vías se impondría una vía política, que desconozco cual pueda ser, aunque tengo, evidentemente,
mi opinión al respecto.
Digo esto por el aluvión de “acatamientos al art. 155”, provenientes
de los políticos presos por rebelión, con lo que, según mi modesta opinión, se
comprueba la existencia de aquella vía económica, esta vez, en el plano personal.
Ya sabemos que la leyes se cumplen, sea cual
sea el grado de satisfacción que nos produzcan; luego, estos señores, desde el
punto de vista jurídico, no ”acatan”
el art. 155, sino que están sometidos a las disposiciones emanadas ex art. 155
de la Constitución, entre las que están sus respectivos ceses.
En este supuesto, pues, “acatar”, lejos de tener un
sentido jurídico, lo tiene económico y personal, pues es someterse a pasar por las
“horcas caudinas” (como en el año 321
a.C hicieron los romanos ante los samnitas) de admitir el cese como legítimo, si se quiere cobrar la pensión que lleva
pareja. Pero esa “humillación”, tal parece que o bien vale una pensión
económica o una expectativa de libertad, que por lo que se ve son superiores a
cualquier otro bien. Parece ser que el Ministerio de Hacienda espera que se
formule “el acatamiento” del Sr. Puigdemont para librar la orden de pago de la pensión
que le correspondería como ex presidente (vid. hoy www.elespanol.com)
Valentin Cortés