Miércoles 18 de Enero de 2017
Un
caso perdido
He leído en www.abc.es
que la Generalidad catalana ha defendido en el Parlamento catalán la subida
del 107% en la partida presupuestaria de la Consejería de Asuntos Institucionales
y Exteriores, y que el Sr. Romeva, que es el Consejero, ha afirmado en esa
defensa, me imagino que con ardor, que “estamos
construyendo un ministerio de una nueva república”.
Si lo que se están poniendo son las
bases para un futuro Ministerio de asuntos exteriores de una república independiente,
supongo que el Estado, ante tal declaración de voluntad finalista de las
partidas presupuestarias, que desvela el fraude,( porque me imagino que lo que
hace el Sr. Romeva es esconder en un título legal de las partidas el destino ilegal final de las mismas) las impugnará
ante el Tribunal Constitucional, pues ya sabemos que las Comunidades Autónomas
no tienen competencia en relaciones exteriores (art. 149,1,3ª de la
Constitución), y de nuevo se reproducirá el cuadro de desobediencia y prevaricación, tan consustanciales al
independentismo, que cada vez afectará a más personas.
En este caso, la perseverancia en
el error y en la ilegalidad, además, podría afectar a las autoridades y al funcionariado,
de forma individual, que destine fondos a usos ajenos a la función pública (art.
433 del Código Penal), pues podría en su caso cometer delito de malversación de
caudales públicos.
Los casos perdidos siempre acaban amortizándose
y, consiguientemente, las soluciones totales y finales acaban imponiéndose.
Valentín Cortés